La Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA) ha concedido una certificación mundial para operar una aeronave eléctrica, en lo que el regulador aclamó como un enorme paso adelante hacia una aviación más ecológica.
La EASA anunció que había completado la Certificación de Tipo del Pipistrel Velis Electro, un avión biplaza con capacidad de hasta 80 minutos de vuelo, construido por una empresa aeronáutica con sede en Eslovenia.
La agencia de noticias europea EurActiv informa de que el Pipistrel funciona con un motor eléctrico alimentado por dos baterías y puede transportar hasta 600 kg.
El tiempo de recarga varía entre 40 y 70 minutos, lo que lo hace muy adecuado para su función prevista como avión de entrenamiento.
«Este es el primer paso hacia el uso comercial de los aviones eléctricos, que es necesario para hacer factible una aviación libre de emisiones», dijo el CEO de Pipistrel Aircraft Ivo Boscarol.

«Es considerablemente más silencioso que otros aviones y no produce ningún tipo de gases de combustión», añadió el Sr. Boscarol.
«(Este hecho) confirma y proporciona optimismo, también a otros diseñadores de aviones eléctricos, que el Certificado de Tipo para motores eléctricos y aviones es posible», dijo, añadiendo que el motor está disponible para otros constructores de aviones, dado que fue certificado por separado del avión.
El Director Ejecutivo de la EASA, Patrick Ky, lo anunció como «un avance emocionante», añadiendo que el Pipistrel será el primero de muchos aviones eléctricos que su agencia certificará «a medida que la industria busca nuevas tecnologías para reducir el ruido y las emisiones y para mejorar la sostenibilidad de la aviación».
EurActiv informa que la agencia pudo completar su trabajo en tres años gracias a la estrecha colaboración con la empresa eslovena.
La EASA informó que la experiencia había mejorado su propia comprensión de cómo funcionan las baterías y los sistemas eléctricos a bordo de los aviones.
El gobierno francés dio un gran impulso a una aviación más ecológica a principios de esta semana, cuando dio a conocer su paquete de ayuda a la industria aeronáutica de 15.000 millones de euros, que incluye un fondo de investigación y desarrollo de 1.500 millones de euros destinado al desarrollo de nuevas formas de abastecimiento de combustible para los aviones.
Según el plan, el sector aeronáutico francés, que incluye la poderosa industria Airbus, debería trabajar para poner en servicio un avión de pasajeros de emisión cero para 2035, propulsado por hidrógeno o por combustibles más sostenibles.
También se establece el objetivo de desarrollar un avión regional que podría ser propulsado por motores híbridos eléctricos, que se adaptaría mejor a las distancias más cortas de los viajes de corta distancia.