Conocida como la medusa inmortal, Turritopsis dohrnii  puede vivir eternamente  y los científicos están trabajando para ver como pueden aprovechar sus propiedades en los humanos.

La medusa Turritopsis dohrnii, es una especie de medio centímetro de diámetro que habita tanto en las aguas del Mediterráneo como en las de Japón y es el único animal conocido que es capaz de volver a la inmadurez sexual tras alcanzar la edad adulta. Como no hay límite en el número de veces que vuelve a un estado casi infantil, es posible que pueda repetir el proceso indefinidamente, haciéndola inmortal.

Anteriormente conocida como Turritopsis nutricula, la medusa inmortal fue descubierta por primera vez en 1843 por el zoólogo francés René-Primevère Lesson.

Sin embargo, no fue sino hasta un siglo después que los científicos descubrieron las capacidades únicas de la especie, que constituye un mecanismo para intentar salvarse de los peligros de las profundidades marinas.

El científico japonés Shin Kubota, uno de los principales investigadores en este campo, presenta un contenedor con varias medusas inmortales

El proceso de alcanzar la inmortalidad

Si piensas en estas criaturas como una entidad de miles de años, no estás técnicamente equivocado, pero tampoco es del todo cierto. La Turritopsis dohrnii, como cualquier otro tipo de medusa, comienza como una larva desarrollada a partir de un huevo fecundado, para crear lo que se conoce como plánula.

Estas plánulas, que nadan libremente acaban fijándose en el fondo marino para crear una colonia de pólipos. Estos pólipos son asexuados  y crecen hacia arriba desde el fondo marino hasta formar una forma cilíndrica. A partir de estos pólipos se forma las medusas juveniles llamadas éfiras, que se desprende de la rama tras alcanzar la edad adulta en cuestión de semanas.

La medusa adulta se reconoce por su vientre rojo brillante, fácilmente visible a través de un cuerpo transparente en forma de campana con 90 tentáculos en los bordes.

Este diminuto ser puede no parecer gran cosa, pero su singular capacidad de supervivencia le permite adaptarse a diversas amenazas ambientales, desde el daño físico hasta la inanición.

Por ejemplo, supongamos que un ejemplar de Turritopsis se enfrenta a la falta de alimento, una medusa normal moriría de hambre, pero ésta no. En su lugar, la medusa inmortal tiene un mecanismo de sobrevivencia la cual consiste en volver a la inmadurez sexual.

A nivel celular, esto significa que la medusa inmortal reciclará sus células existentes para formar un “nuevo yo” en un proceso conocido como «transdiferenciación». En términos de proceso físico, esto significa que la medusa retraerá sus tentáculos y encogerá su cuerpo, luego caerá al fondo del océano. A partir de ahí, la medusa se convierte en una larva sexualmente inmadura y forma nuevos pólipos hasta que vuelve a alcanzar la edad adulta.

Aunque este proceso es asombroso, no significa necesariamente que la medusa sea técnicamente «inmortal» en todos los sentidos de la palabra. Por un lado, la Turritopsis puede morir, por ejemplo, por parte de un depredador.

La medusa inmortal es sin duda una criatura increíble y cuyas habilidades podrían tener alguna utilidad para la humanidad.

¿Qué representa el conocimiento de estas propiedades de la medusa inmortal para la ciencia?

La medusa inmortal es sin duda una criatura increíble, cuyas capacidades podrían tener alguna utilidad para la humanidad.

Si bien ya se están haciendo algunos estudios en estos invertebrados, a los investigadores les queda un largo camino por recorrer para entender cómo el proceso que hace «inmortal» a esta medusa puede beneficiar a los seres humanos. Estas investigaciones estarían dirigidas no tanto para volver a la infancia o la adolescencia a las personas, sino más bien en curar órganos y partes del cuerpo dañadas, o en aplicar este conocimiento en la producción de productos cosméticos.


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